martes, 12 de mayo de 2015

Polillas en el cerebro

De un día para otro llegaron las polillas.
De un día para otro pusieron lo único que creía tener seguro patas arriba.
No se van, pero ni siquiera sé si quiero que se vayan, después de tanto tiempo con todo inerte o agonizante como mucho,  quizás hasta me alegro de que revolotéen en mi cabeza.
No lo sé.
Yo no las puedo echar,  y quien podría hacerlo ni conoce ni tiene interés en su capacidad.
Así que bah... dejémoslas vivir un poco más, al fin y al cabo, no son mariposas en el estómago,  pero si polillas en el cerebro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario